Habían trasncurrido muy pocos días desde que la pandemia del COVID obligó al aislamiento en nuestro país, cuando teatristas responsables de la gestión de espacios teatrales advirtieron el peligro que acechaba. De no generarse estrategias de contención, muchos se enfrentaban al inminente cierre.
Rápidamente comenzaron a contactarse con otras y otros gestores y su fue tejiendo una trama que posibilitó la creación de la Red de salas teatrales de la Provincia de Buenos Aires. Cada asamblea virtual de frecuencia semanal, permitía sumar voces y conocer el estado de situación, desesperante y doloroso, atravesado por la angustia y la incertidumbre. Y la Red no solo sirvió de contención. Aglutinó y articuló demandas que se tradujeron en reclamos ante los estados nacional y provincial. Se consiguieron ayudas económicas, se sancionaron normativas y se construyeron vínculos con otras redes en todo el país que, seguramente, salvaron a la actividad de la presagiada extinción.
Nada hacía suponer que pocos años después el Teatro independiente podría verse nuevamente amenazado. Y ya no por una emergencia sanitaria, sino por la implementación de políticas gubernamentales de avasallamiento y despojo como nunca antes se aplicaron.
Laura Torres es integrante de “El Baldío Teatro” y una de las más activas referentes de la “Red de salas teatrales de la Provincia de Buenos Aires” desde su creación. En una entrevista publicada en Página 12, sostiene: “Hay cosas que si se pierden, después son muy difíciles de recuperar. La cultura es mucho más que un espectáculo exitoso en una ciudad grande. Las salas independientes llegan a todos los rincones de la provincia, son parte de la producción cultural de una comunidad, de su identidad”.
Recomendamos su lectura completa (https://www.pagina12.com.ar/719381-es-un-contexto-muy-hostil-para-la-cultura-independiente?ampOptimize=1) donde con datos fehacientes brinda un crudo panorama acerca del estado de situación actual.
