LA GUERRA DE MALVINAS EN EL TEATRO

En estos días, como en cada aniversario del inicio de la guerra de Malvinas, se actualizan los debates acerca de uno de los acontecimientos más traumáticos de nuestra historia reciente.

Como no podía ser de otra manera en el nuevo contexto político y social en el que estamos inmersos es, además, motivo de disputas simbólicas, de reivindicaciones diversas y fuente de polémicas más o menos explicitadas. Sin dudas, “Malvinas” marca un antes y un después en la historia argentina, factor desencadenante del colapso del gobierno de facto del autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional” (1976-1983).

El investigador teatral Ricardo Dubatti (UBA – CONICET)  ha reunido en tres tomos una veintena de textos dramáticos que abordan la problemática desde diferentes aristas; textos que, como se señala en la introducción de su último libro sobre el conflicto bélico, La guerra de Malvinas en el teatro argentino, han crecido mucho desde el año 2012 hasta la actualidad.

Dice Dubatti en el prólogo del tercer tomo de su antología: “Invitamos una vez más al lector a reflexionar sobre la Guerra de Malvinas desde las coordenadas del teatro. Esta propuesta no apunta a clausurar la guerra, sino a pensarla en todos sus aspectos, en su multiplicidad, incluso en sus contradicciones. Buscamos entonces abrir nuevas perspectivas, estimular otras miradas y, especialmente, generar nuevos interrogantes. La Guerra de Malvinas, como acontecimiento histórico, como memoria y posmemoria, estuvo, está y seguirá estando presente en la cultura argentina.”

En nuestro campo teatral, debemos mencionar al actor marplatense Pedro Benítez que desde 2004 repone cada año “Gurka. Un frío como el agua, seco”, emblemática obra de Vicente Zito Lema con dirección de Víctor Iturralde. Pedro, con 19 años, fue soldado continental y se desempeñó en el grupo de Artillería Blindado N° 1, asentado en San Julián, en la provincia de Santa Cruz. En una entrevista al Diario La capital declaró acerca de su experiencia al regresar: “No sé si la palabra es sanar. No sé cuál es la palabra… reconciliar, me estaba reconciliando con la sociedad, con los amigos. Tenía un prejuicio de que todos me miraban mal, pensaba que querían saber cosas que yo no iba a contar, que estaban interesados en saber si yo maté o no maté y yo no estuve en combate. Trataba de evitarlos. Pero no podía ocultar mi identidad: yo no lo había elegido pero sí lo había aceptado. Y yo zafé. Y por qué zafé: por el teatro, porque encontré la contención en el teatro y encontré gente que me acompañó y me apoyó sin hablar del tema; sabían, pero respetaban”.

Nuestro reconocimiento a Pedro, al actor consecuente y apasionado, al soldado valiente e incomprendido, al militante del teatro y de la vida.